jueves, 20 de enero de 2011

Héroes de la Mitología 5-9





Capítulo 5
Hércules













Capítulo 6
EDIPO


Un día, Layo, el rey de Tebas se fue a consultar el oráculo. La Pitia le dijo que tendría un hijo que le mataría y se casaría con Yocasta la novia de Layo. Cuando nació el niño un soldado tenía orden de matarlo pero le hizo agujeros en los pies del niño y lo colgó. Un pastor lo recogió y se lo entregó a su reina. Esta le llamó Edipo. De mayor le dijeron a Edipo que ellos no eran sus padres y se fue al oráculo. Éste le dijo la verdad y se fue a Tebas. De camino mató a su padre sin saber que era el y siguió. Al llegar tenía que resolver el enigma de la esfinge, que lo hizo sin problemas. Al entrar a Tebas se casó sin saberlo con su madre. Tuvieron 4 hijos: Antígona, Ismene, Eteocles y Polemices. Poco después un adivino dijo que una enfermedad arrasaba la ciudad y que la habían mandando los dioses por no saber quién mató a Layo.
Tiempo después lo adivinaron ¡Era Edipo! Yocasta se ahorcó y Edipo se arrancó los ojos y se guió por su hija Antígona.

Capítulo 7 Antígona

Mientras se proyecta la expedición contra Tebas Edipo muere en Ática. Ya de moribundo Creonte intenta que regrese a Tebas, pues un oráculo había predicho que la tierra que lo acogiese en su seno sería bendecida por los dioses. Edipo se niega a regresar y muere en la tierra de su benefactor Teseo. Una vez muerto su padre, Antígona retorna a Tebas y se aloja con su hermana Ismene.
Durante la batalla a las puertas de Tebas, Eteocles y Polinices se enfrentan y se matan el uno al otro. Asciende de nuevo al trono Tebano Creonte, que decreta exequias de rey para Eteocles y prohíbe bajo pena de muerte dar sepultura al cuerpo de Polinices, que se ha atrevido a alzar a unos extranjeros contra su propia patria. Antígona se rebela ante lo que cree una injusticia y en secreto va al campo de batalla para esparcir sobre el cuerpo insepulto de su hermano unos polvos rituales. Es descubierta y Creonte, a pesar de los ruegos de su hijo Hemón, prometido de Antígona, no se retracta en su sentencia. Antígona es sepultada viva en la tumba de los labdácidas. Cuando Hemón acude a liberarla la encuentra ahorcada y allí mismo se suicida junto a su amada. Al enterarse Eurídice, la esposa de Creonte, de la muerte de su hijo, también se suicida.

Capítulo 8
PARIS

En el Olimpo Júpiter preparaba un banquete con Juno. Iban a invitar a todos los dioses menos a Discordia. Ella estaba enfadada y se le ocurrió una idea. Puso una manzana de oro que ponía “para la más bella”. Venus, Juno y Minerva la quisieron y Júpiter le dijo que se lo preguntarían a un pastor. Juno y Minerva le ofrecían terrenos y riquezas, pero él eligió a Venus que le ofrecía a Helena como esposa. Le dio la manzana y se fue. En otro sitio Helena tenía que elegir a un esposo. Tras mucho pensar eligió a Menelao con el que se casó. Cuando Paris se fue a la ciudad donde vivía Helena la vio y como Menelao no estaba se fueron los dos a Troya donde vivieron felices. Tiempo después Venus se deshacía de algunos trastos viejos y tiró con ellos la manzana de oro llamada la manzana de la discordia.

Capítulo 9 Aquiles


Aquiles era un guerrero que luchaba en Grecia contra
Troya. Un día su fiel amigo Patroclo le anunció que Menelao le había robado a su sirvienta porque Paris al robarle a Helena se volvió a casar pero el padre de ella se la llevó a su casa. Al oír esto se puso tan furioso que decidió no luchar más. Todos los de Grecia le pidieron que luchara pero no luchó hasta que mataron a Patroclo.
Se puso tan furioso que al saber que fue Héctor el asesino, le mató sin
contem
placiones y sin acordarse del oráculo, que decía que él moriría
después.
A la mañana siguiente Paris le atravesó
el tobillo con una flecha.

Diomedes, Néstor, Ulises, Aquiles y Agamenón

lunes, 17 de enero de 2011

HÉROES DE LA MITOLOGÍA





Capítulo 1

Filemón y Baucis

Júpiter era el más poderoso de los dioses y le gustaba bajar a la tierra disfrazado de un viajero vulgar, un día echo a andar por frigia, con compañía de mercurio, su hermano y a la vez, también era su cómplice. Cuando se hacia de noche , los dos dioses entraron en un pueblo , que parecía rico , y se alegraron , porque podrían recibir ayuda , para pasar esa noche refugiados.

Llamaron a la primera casa que parecía de buen aspecto, pero les despreciaron y no les dejaron entrar, no aceptaban extraños.

Al lado había otra casa y fueron a ver si tenían más suerte, llamaron y dijeron que eran forasteros, y el dueño de la casa les dijo que no querían forasteros y les rogaron que se fueran por donde habían venido.

Les quedaba poca esperanza de llamar a más casas, vieron una casa a lo lejos alejada de la población, llamaron una vez, pero tardaron un rato, hasta que alguien les escuchó, les abrió un matrimonio anciano, que les vieron tan mojados con la lluvia que estaba cayendo a chorros, y la mujer enseguida les dijo que entrasen porque sino iban a coger frío.

Los dioses enseguida entraron y se pusieron al lado de la chimenea, Filemón les trajo un trozo de leña para revivir el fuego, para estar más calientes,

cortaron el pan y dejaron dos trozos grandes, para los invitados. Los ancianos, como no tenían nada más que una sopa y pan para ofrecerles, Filemón pensó en la oca que tenían, pero la oca, se les hizo dura de matar, porque no paraba de correr y gritar por toda la casa, hasta pudo con los ancianos, pero al final no la mataron, porque se escondió debajo de las piernas de los forasteros, y aunque los ancianos le pidieron que se la devolviera, los dioses no quisieron, y la oca se salió con la suya.

Los ancianos se dieron cuenta que no habían dado ayuda a unos forasteros normales, sino eran unos dioses.

Los ancianos se dieron el festín más grande de su vida. Pero Júpiter y Baucis, querían recompensarles la hospitalidad de la pareja anciana y querían castigar a los que les habían cerrado sus puertas.

El agua caía torrencialmente en el llano que iban dejando atrás. Júpiter señaló con el dedo las nubes y surgieron unos relámpagos.

Al amanecer el pueblo había desaparecido totalmente, cuando retiraron las aguas, solo se podía ver un tejado, que era la cabaña de los ancianos. Y los dioses querían recompensarles, y les dijeron que expresasen sus deseos y se cumplirán. Júpiter comprendió porque les habían ayudado, y llegó a la conclusión que era, porque los dos, se querían como el primer día de casados. En el deseo que pidieron los dos ancianos, dijeron que querían morir juntos. Más tarde sonó un relámalo y los dos ancianos se encontraron juntos sin los dioses, habían desaparecido.

Pasaron los años, fueron fieles a su palabra y a su amor, hasta que llegó el día en que terminaba sus vidas, porque se convirtieron en dos árboles juntos con sus follajes entrelazados en uno solo. Con el tiempo se hicieron tan altos y hermosos que las sombras cubrían el templo, que les habían hecho los dioses.

Quedaron los árboles como un significado para la historia, cuando pasaran las personas por ese lugar y vieran esos árboles, el significado era la hospitalidad; se cultiva y se renueva, según la leyenda de Filemón y Baucis.

Jéssica

Capítulo 2

LAS 2 MUERTES DE eURÍDICE

Orfeo cantaba en los prados de Tracia y encontró a una ninfa peinándose llamada Eurídice, y se enamoraron rápidamente. Se casaron a la orilla de río Peneo. Corriendo, Eurídice se encontró con Aristeo, el hermano de Orfeo, quien también estaba enamorado de Eurídice. Aristeo la sujetó para conseguir un beso suyo, pero ella no se dejó y empezó a correr por la orilla de Peneo, por donde una víbora venenosa le hincó los colmillos en la pantorrilla. Orfeo escuchó sus gemidos donde él acudió. Aristeo le pareció más prudente marcharse de allí. Orfeo, Orfeo, te Amo y no te quiero perder… Estas fueron las últimas palabras de Eurídice, ya que rápidamente el veneno de la víbora hizo efecto.

Orfeo llorando su pena cogió la lira e improvisó un canto fúnebre.

Era tan conmovedor su lamento que las fieras salieron de su madriguera.

¡Ha sido culpa de Aristeo¡ gritó de repente una ninfa.

Orfeo sabía que el río Peneo desembocaba en la laguna Estigia, por cuyas orillas vagaban las sombras de los muertos. De repente Orfeo vió a un anciano sentado en una barca. Acercándose le preguntó con voz firme si era Caronte porque quería que le llevara ante Plutón. Caronte accedió y Orfeo subió a su barca donde éste lo depositó en la otra orilla, donde había puertas de bronce monumentales.

Orfeo, abriendo las puertas en dos tronos al temible dios de los infiernos, Plutón y su esposa, Proserpina. Junto a ellos estaba el espantoso Can Cerbero.

Plutón en tono sarcástico le preguntó a Orfeo:

¿QUIÉN ERES TÚ, PARA ATREVERTE A DESAFIAR AL DIOS DE LOS INFIERNOS?

Orfeo, cantando acompañado de su lira, le explica que su osadía se debe a la fuerza de su amor por ella, quien fue arrebatada el mismo día de su boda.

Proserpina se inclinó hacia su esposo, quien le murmuró algo al oído.

Plutón le dijo a Orfeo que accedía a que se marche con su amada, pero pondrá su amor a prueba.

Orfeo lleno de alegría y gratitud, pregunte cuál es la prueba. El dios de los infiernos respondió: No volver los ojos hacia tu amada hasta que ambos hayáis salido de mi reino. Deberás conducirla hasta la puerta, sin dirigirle la palabra. ¿Me has entendido? Si me desobedeces, perderás a Eurídice para siempre.

Tendrás que ir delante suyo. Orfeo recogió la lira y se dirigió hacia la barca de Caronte.

Caminaba despacio para escuchar los pasos de Eurídice, la angustia, la incertidumbre hicieron que brotasen lágrimas de sus ojos.

Orfeo para darse ánimos se dijo “Vamos, que falta poco para llegar a nuestro destino” Y donde con un brinco salió al aire libre, a la luz del día.

Y gritó: ¡Eurídice!... ¡por fin! No pudo aguantar más y miró hacia atrás. Y en efecto, vió a su amada, pero en la oscuridad.

Pues Eurídice, aunque iba detrás de Orfeo, todavía estaba en el reino de las tinieblas y Orfeo se dio cuenta de su imprudencia y su desgracia

Con un grito desgarrador, dijo Orfeo: Eurídice… ¡No!

Demasiado tarde… La silueta de Eurídice desvaneció en la oscuridad. Sólo le llegó un hilo de voz. Orfeo… ¡Adiós, mi dulce amado!

La enorme roca volvió a cerrar la entrada de la caverna.

Eurídice… ¡Por mi culpa te pierdo por segunda vez!

Orfeo volvió a Tracia proclamando a toda su pérdida y sentimiento de culpabilidad.

Varios meses después, Orfeo se fue al monte Pangeo que justo se celebraba una fiesta por todo lo alto en honor al dios Baco. Había un montón de invitados que cortejaban a las mujeres. Todos estaban ebrios.

Unas muchachas invitan a Orfeo a unirse a la fiesta el cual contestó:

No, gracias, estoy de luto, he perdido a mi novia y una de las chicas respondió: Por cada una que se pierde se encuentran diez. Elige a una de nosotras de pareja.

Imposible. Jamás podré volver a amar a otra mujer, respondió Orfeo.

¿Quién es ese insolente que de ese modo nos desprecia? Añadió otra chica.

Y sin dar tiempo a Orfeo a que reaccione se abalanzaron sobre él y lo dejaron llenos de arañazos.

También algunos invitados se dieron cuenta del ruido y gritos de las mujeres fueron y lapidaron a infortunado viajero quien había insultado a las bacantes. Orfeo atacado por varios hombres y mujeres llenas de rencor le arrancaron la cabeza y cogiéndola del pelo la tiran al río Evros.

Y otra cogió la lira y la tiró al agua.

La noticia de la muerte de Orfeo se extendió por toda Grecia. Las musas, enteradas sobre su muerte acudieron al monte Pangeo, donde ya se habían marchado las bacantes.

Sólo encontraron el cuerpo sin cabeza de Orfeo.

Tampoco se encontró su lira.

Las musas decidieron enterrarlo al pie de monte Olimpo.

Nadi ha hallado la cabeza ni la lira de Orfeo, pero dicen que cuando uno pasea a la orilla del río Evros, se escucha un canto de extraordinaria belleza. Se dice que es la voz de Orfeo acompañado de su lira llamando a Eurídice.

Ítalo

Capítulo 3

PERSEO Y MEDUSA


Acrisio era el rey de Argos y tenía una hija llamada Dánae. Un día emprendió un viaje a la casa de una señora que veía el futuro. La anciana dijo que Dánae sería su única hija y que ella tendría un hijo que mataría al rey de Argos. Al oír esto mandó encerrar a Dánae. Una noche Júpiter le dio un hijo y le llamó Perseo. El rey al enterarse cogió a los dos, los metió en un baúl y los tiró al mar. Varios días después los pescó un señor y los llevó ante un señor rico llamado Polidectes que se quedó a los dos. Tiempo después Polidectes y Dánae se casaron. Como todos los invitados traían cosas vulgares Polidectes le retó a Perseo a ver si conseguía la cabeza de medusa. Los dioses le ayudaron con información y artilugios a Perseo y al final la consiguió. Al enseñársela a Polidectes se petrificó Polidectes. Después El rey de Argos e enteró y se fue de su reino. Perseo se hizo fuerte y atleta. Un día Acrisio estaba viendo a Perseo (sin saber que era él) lanzando el disco en los juegos. Lo lanzó tan fuerte que le dio a Acrisio y lo mató.

Pablo

Capítulo 4

TESEO Y EL MINOTAURO

Cada año, en Atenas, 14 personas se iban en barco a una isla a ser devorados por el minotauro porque el rey de Atenas perdió una batalla contra el rey de Creta. Un día Teseo convenció a su padre, Egeo, para ir con ellos. En la travesía tuvo un sueño en el que un dios le decía que se tirara al mar y recogiera el anillo del rey de Creta. Al despertarse lo cogió. Cuando llegaron le dio al rey de Creta su anillo y le pidió ir con ellos. Antes de irse vio a Ariadna, una hija del rey de Creta. Después se fueron a dormir. Teseo se despertó y vio a Ariadna, que le contó lo del minotauro. Al día siguiente antes de entrar Ariadna le dio un hilo que luego usó dejándolo a lo largo del laberinto. Al llegar ante el minotauro Teseo lo mató ahogándole. Tardaron en salir pero lo hicieron. Al volver a Atenas se llevaron a Ariadna. Esa noche tuvo otro sueño, Neptuno (que se había enamorado de Ariadna) le dijo que la dejara en una isla y así lo hizo. Al llegar a Atenas se había olvidado de cambiar las banderas y su padre se mató. Teseo al saberlo también lo hizo.

Pablo

martes, 11 de enero de 2011

Pequeño Nicolás_3

CAPÍTULO 16 Lo pasamos bomba
Ese día por la tarde, al ir a la escuela Nicolás se encontró con Alcestes.
Alcestes convenció a Nicolás de que hicieran novillos y se fueron a toda pastilla en dirección contraria a la escuela pero Alcestes como es muy gordo hacia “puf, puf” y al rato se paró.
Nicolás le animo diciéndole que se quedarían sin postre y que en el colegio solo les darían pan y agua.
Después de pasar por el escaparate de la mantequería se pararon y Alcestes se comió unas galletas que llevaba en el bolsillo y vieron aparte de migas que es lo que llevaban en los bolsillos: canicas, cordeles y dos gomas.
Decidieron ir al cine pero como no tenían dinero se fueron al solar mientras Alcestes se comía su bocadillo de queso.
Allí tiraron piedras a cada lata que veían para derribarla pero pronto se cansaron y se quedaron sentados sin hacer nada. Entonces Nicolás dijo que ahora debían de estar en el recreo y empezó a llorar. Alcestes le pregunto por que lloraba y entonces Nicolás dijo que era culpa de Alcestes que no hubiese ido al colegio y se pelearon. Al terminar de pelearse empezó a llover.
Se fueron al escaparate del relojero y esperaron allí a la hora de volver a casa.Al llegar Nicolás a su casa su madre le dijo que estaba pálido y que mañana podría no ir al colegio pero Nicolás se negó porque mañana les contaría a sus compañeros lo bien que lo había pasado.

CAPÍTULO 17 Me trato con Agnan
Nicolás fue obligado por su madre a ir a la casa de Agnan. Cuando llegaron tenían los dos pintas de payaso. Merendaron y se fueron a jugar. Agnan dijo que podían jugar a problemas con bañera que se llenan y vacían a la vez, lo que le dió la idea a Nicolás de jugar a los barquitos, pero Agnan no tenía por lo que hicieron unos de papel. Cuando se aburrieron, fueron a la habitación de Agnan, en la que había un globo terráqueo de metal. Nicolás volvió a tener una idea, jugar a pasarse el globo, pero la idea fracasó cuando rompieron un espejo. Entonces jugaron a un juego de química, en el que se echaban polvitos y líquidos y se formaban otros de diferentes colores. Nicolás tuvo otra idea, mezclar todo a la vez. Lo hicieron, pero lo único que consiguieron hacer fue un humo negro, que olía mal y lo manchaba todo. Como le había manchado las gafas y por eso no veía, se puso a gritar, subió su madre y los lavó, enfadada y Agnan llamó a la madre de Nicolás para que fuera a buscarlo y la madre de Agnan dijo que Nicolás no trate con Agnan.

CAPÍTULO 18 Al señor Bordenave no le gusta el sol.
Al señor Bordenave no le gusta el sol
El señor Bordernave es muy raro no le gusta el buen tiempo. Yo prefiero el sol que la lluvia aunque la lluvia también es muy divertida pero con la lluvia no podemos salir al patio a jugar. Hoy a hecho un buen día y queríamos jugar a los ladrones y policías, al fútbol teníamos muchas ganas por que hacia tres días que no salíamos al patio. Pero como no nos decidíamos empezaron a pelearse y el señor Bordenave los separo y los castigo en la pared. A Alcestes te le callo el bocadillo porque le empujaron y se enfado. Eudes y Rufo se enfadaron por las canicas y los mando castigados a los dos pero Alcestes seguía quejándose de que le faltaba un bocadillo. Pero de repente le dio una pelota en la cabeza había sido Nicolás sin querer ser chivo Agnan que se puso a llorar por que Godofredo le empujo. El señor Bordenave le llevo a enfermería y cuando volvieron toco la campana pero se resbalo con el bocadillo de Alcestes y para nosotros fue un recreo formidable.

CAPÍTULO 19 Me voy de casa

Estoy harto de que me castiguen sin motivo. El otro día cogí mi dinero y chocolate lo guardé en una bolsa y me fui. Pensé que al volver dentro de mucho tiempo seré rico y se arrepentirán de haberme regañado. Después de andar mucho me comí el chocolate y descansé un poco. Luego me encontré a Alcestes y le pedí que viniera con migo pero hoy su madre le hacía una comida que le gustaba. Andando se me ocurrió una idea:
Tengo que irme lejos con un vehículo pero con mi dinero no llegaba así que me compré un pastel. Luego le pedí a Majencio su bici pero a el no le gusta compartir si no es por dinero. Ya por la noche tenía hambre y me fui a casa porque mamá preparaba pastel.
Al llegar a casa mamá me castigó sin postre.
¡Mañana me voy de casa seguro!