Capítulo 10
Al acabar la historia Amelia le dijo a Nina que se vaya a dormir pero Nina no tenia sueño y dijo que se iba a quedar un poco más, un poco más tarde Nina se fue a dormir y soñó que vivía en una jaima y que tenía un amigo con la cara de Hakim.
Mª Catalina
Capítulo 11
El paseo a caballo
Nina volvió al campo con su padre y su vecino aquella mañana. Los trabajadores tenían que terminar el pozo. Estuvo mirando como lo construían pero luego se acercó a la verja y vio tres caballos. En uno de los caballos estaba montado Roberto, Roberto le dijo a Nina que si quería dar una vuelta en caballo y Nina aceptó. A Nina le gustaba Roberto y entonces al agarrarle sentía que lo estaba abrazando. Mientras montaban en caballo se contaban cosas y cuando terminaron el paseo, Roberto se acercó a la cara de Nina y le dio dos besos tan sonoros que Nina se creía que lo había oído hasta su abuela Amelia.
Natalia
Capítulo 12
La leyenda del pozo MISTERIOSO
Nina llegaba a casa después de dar una vuelta en caballo con Roberto y tenia una sonrisa de oreja a oreja. Su abuela le dijo que cuando era joven ella no jugaba, se quedaba en casa limpiando y cocinando. Empezaron a hablar y cuando Amelia le pregunto si era el primer chico que le gustaba ella le dijo que si y que era el primer chico que había tenido tan cerca. Se empezaron a reír… Hasta que Amelia le contó la historia del pozo, que iba sobre una dama, un pozo y más gente. Al final de la historia Nina quería escuchar más, pero a su abuela solo le habían contado eso. Era la hora de dormir y Nina pensó todas las historias que su abuela le había contado. Y como ella no quería que su abuela fuese a una residencia, cogió un lápiz y un papel y empezó a escribir todo lo que le había contado. Fue al cuarto de sus padres y le dio la carta a su padre. Ella le dijo que no quería que su abuela fuese a una residencia, porque su cabeza estaba bien, tanto si se había inventado las historias o si no se las había inventado Amelia tenía la cabeza bastante bien. Su padre miro alrededor y pensó que Amelia podía vivir en su casa por ahora. Ya se vería que deparaba el futuro, pero el futuro nadie lo sabe.Isabel Fernández Mainar
Capítulo 13
De vuelta a casa
Llego el día de regresar. La tarde anterior, Roberto le dio un regalo a Amelia para Nina. Era una foto de su caballo Simón, el caballo en el que se habían montado los dos y estaban tan juntitos.
-Para que te acuerdes de nuestro paseo cuando estés en tu casa.
-Creo que nunca lo olvidaré, Roberto.
Nina se puso de puntillas para darle un beso en la mejilla a Roberto, Roberto le dio otro beso y se fue.
Nina se quedó pensando que la foto de Simón la iba a poner en su cuarto para acordarse siempre de Roberto.
Nina no habría querido dejar a la abuela. Bien a gusto se habría quedado con ella, pero los días de vacaciones se habían acabado. Cuando ya estaba todo el equipaje preparado Amelia llamó a Nina y le dio un sobre.
-¿Qué es esto, abuela?
-Es una carta. Léela esta noche, cuando llegues a tu casa y salgas a la terraza. Antes no, ni en el coche, porque te puedes marear, ni en el restaurante donde comáis, porque se manchará. Sólo cuando llegues a casa. Ahora dame un beso y nada de despedidas tristes.
Después de casi diez horas de viaje, llegaron a casa. Lo primero que hizo Nina fue ir a su habitación y salir a la terraza. Sacó el gran y amorfo taburete rojo en el que siempre se sentaba, abrió el sobre. Sacó la cuartilla y la leyó. Nina cerró la carta y miró al cielo. Las nubes ya habían desaparecido y las estrellas titilaban cada una en su sitio. Cuando ya llevaba un rato, una de ellas emprendió el viaje hacia la tierra y desapareció más allá de las montañas. En ese momento, no pudo evitar que unas lágrimas se deslizaran desde sus ojos hasta sus labios.
Y Nina se pregunto si las estrellas estarían saladas como las lágrimas. Pablo.